Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, como dice el dicho. Bueno, el esmalte dental es ese amigo que no valoras hasta que lo pierdes. El esmalte dental protege tus dientes del calor y el frío, así que lo mínimo que puedes hacer es protegerlo de la erosión y la sensibilidad dental. Pero si no lo cuidas, desaparecerá y no volverá nunca más, dejando la dentina expuesta. Así que comienza a valorar tu esmalte dental y empieza a protegerlo con estos sencillos pasos.
Un primer paso para comenzar es ser más consciente de los alimentos y bebidas ácidas que consumes limitando cuanto y cuando los disfrutas. Alimentos como los cítricos, los tomates o las bebidas como el café y jugo de naranja, corroen tu esmalte dental. Trata de consumirlos siempre junto a las comidas, y enjuágate la boca inmediatamente con agua para ayudar a proteger el esmalte dental. Si es posible, tómate un vaso de leche o un pedazo de queso como postre para neutralizar el ácido en la comida.
Si decides cepillarte, espera al menos una hora después de haberlos consumido. Estos alimentos y bebidas tienden a suavizar el esmalte dental, lo que puede hacer al cepillado más dañino que útil a tus dientes. Y cuando estés disfrutando de bebidas ácidas, recuerda que usar popote siempre es una buena idea.
La comida es importante, pero ¿sabías que tener resequedad en la boca puede aumentar la cantidad de ácido circundante? Así es, la saliva y otros líquidos enjuagan bien los ácidos que producen las bacterias, protegiendo tus dientes. ¿Tu boca es seca por naturaleza? Recuerda mantener agua cerca y tomar continuamente durante el día. El chicle sin azúcar también es ideal para quienes tienen la boca seca, ya que al masticarlo generas saliva.
Por último, asegúrate que tu rutina de cuidado oral, esté ayudando a los dientes, en vez de hacerles daño. Usa siempre un cepillo dental suave, y no te cepilles demasiado duro. Una crema dental con fluór y el enjuague LISTERINE® Cuidado Total pueden fortalecer tu esmalte dental, asegurándote su protección toda la vida.